viernes, 16 de octubre de 2009

LA EDUCACIÓN EN LAS CULTURAS ANTIGUAS







Tratemos de cuatro de las grandes culturas de la antigüedad que se han destacado por legar a la humanidad innovaciones importantes en el campo ideológico, cultural e incluso de la técnica.


Las culturas China, Egipcia, Babilónica e India se caracterizan en su conjunto por:


  • Haber sido civilizaciones fluviales, ya que se apostaron en las márgenes de ríos como: El Nilo, el Éufrates, el Tigris, el Indo y el Ganges.

  • Se destacaron por ser poblaciones eminentemente agrícolas y posteriormente incorporan la ganadería.
  • Establecieron un orden político que impedía el bandidaje y las guerrillas.
  • Fueron gobernados por monarquías sostenidas por poderosas clases guerreras y de sacerdotes que garantizaban el orden y el bienestar.
  • La clase sacerdotal era la depositaria y celosa guardiana de la ciencia acumulada en los siglos y transmitida en forma oral y escrita.








China y el tradicionalismo burocrático:

Buscaba conservar el orden familiar, político y social establecido.

El Estado debe mantener la misma indisoluble unidad de la familia.

El emperador es el buen padre universal y goza de derechos ilimitados.

Se exigía una buena administración con deberes detallados y exactos para todos y en la vida lo importante era cumplir el propio deber.

El valor supremo era el respeto por los padres, los ancianos y las tradiciones (veían con sospecha toda introducción novedosa).

Contaban con una vaga religiosidad naturalista; no existía una casta sacerdotal, sino una clase de funcionarios (mandarines) que eran hombres cultos.

Toda ambición de originalidad era combatida e imperaba un tradicionalismo cerrado. Hoy día prevalece una complicada escritura ideográfica.

La educación aristócrata: era ceremonial, enseñaban música, matemáticas, escritura (S. XIV a.C.), el manejo del arco y de los carros de combate. Se les instruía en los medios para conservar el poder, ejercerlo y gozarlo. Etiqueta para conservar el orden y la urbanidad.

A través de la Adivinación, buscaban mantener la armonía entre el Cielo y la Tierra, pues era de lo que dependía todo bien.

Formación y educación:

Sólo los intelectuales eran privilegiados con puestos políticos de importancia.

Para acceder a los diversos grados de la Administración Pública se desarrolló un complicado sistema de exámenes estatales a los que todos podían presentarse para ir escalando en nivel burocrático y social.

Después de pasar de una escuela rural a una de distrito y luego a una provincial, dando cada paso por medio de un examen.

Los intelectuales ingresaban a colegios en donde cada año se dedicaban a diversos estudios y cada dos años presentaban exámenes para continuar a los grados subsiguientes.

La aprobación de los exámenes daba prestigio social y mejores puestos políticos.

La educación popular era desdeñada y los que emprendían una carrera necesitaban el apoyo de una riqueza considerable o el de una familia cuyos miembros estuvieran dispuestos a hacer sacrificios a fin de que uno de sus miembros ingresara en la burocracia.
Las clases acomodadas tenían acceso a la culturización en escuelas privadas, mediante la presentación y pago de los exámenes. Era una preparación literario-formalista.
La clase literaria e intelectual correspondía al conocimiento de los sacerdotes, quienes era los intérpretes de los dioses y maestros de los hombres.

Se considereba a los hombres de estudio como poseedores de las virtudes más eminentes.
El saber de la cultura china era tradicional, grandemente moralista y sumamente ritualista, siendo su método de estudio la memorización y repetición de los conocimientos.

Los chinos desarrollaron una cultura urbana con gran acervo de conocimientos prácticos, que emplearon de preferencia en la agricultura, los oficios y las artes.

La educación era administrada exclusivamente por el Estado.


La India y el tradicionalismo filológico:

Existía un sistema de castas muy cerrado que correspondían a distinciones políticas y económicas entre los ricos y la plebe.

1. Brahamanes (sacerdotes): Estudiaban la doctrina santa y la enseñaban. Eran "dioses humanos", sostén del orden social bajo la autoridad de los "dioses divinos".


2. Guerreros (príncipes): Encargados de mantener el orden social. Estudiaban la doctrina santa bajo la dirección de los brahamanes.


3. Trabajadores libres: Campesinos, artesanos y mercaderes. No podían ejercer un oficio por lucro.

4. Siervos: Desempeñaban oficios manuales y domésticos. Debían trabajar en paz.


5. Intocables o sin casta: Los más pobres y vivían de la caridad.

Formación y educación:

La base de la vida intelectual era la tradición oral y procedió a la escritura.

El cimiento del saber hindú fueron los "Himnos védicos" (1500 a.C.) y estaban reservados para las castas superiores.
Los sudras o siervos humildes y obedientes podían renacer en una casta más alta.
La civilización hindú desarrolló un sentido pánico del devenir universal, una búsqueda de la armonía interior y de fusión mística con el todo.


Babilonia y el tradicionalismo mágico:

La clase sacerdotal era muy poderosa y representó una casta muy cerrada. Eran versados en astronomía, a las matemáticas les dan una eficacia práctica, instituyen la semana, inventan los signos del zodiaco, determinan casi con exactitud la longitud del año y reúnen inmesas bibliotecas de tablillas con caracteres cuneiformes.

Vigilan la educación superior reservada a su clase, a los comerciantes ricos y aliados, así como para los guerreros, cuya potencia socavan y combaten.

Babilonia terminó sucumbiendo ante los asirios, que eran eminentemente militaristas e incultos.

Esta cultura influyó fuertemente en la de los medos y de los persas, de los hebreos, los fenicios y los griegos.


Formación y educación:

Los fines esenciales de la educación eran prácticos y se desarrollaron ampliamente en el aspecto científico y en el literario, pero estuvieron muy influenciados por la astrología, la magia y la adivinación, lo que impidió un desarrollo científico pleno.

Los sacerdotes se encargaban de las escuelas, destinadas a la enseñanza de la escritura y es ahí en donde se perfeccionaron la literatura y la ciencia.

El saber era patrimonio común de los sacerdotes.

Su concepción del mundo fomentaba la disposición sombría del corazón, una mentalidad lúgubre, una paciencia honda ante los contratiempos que se juzgaban inevitables y un esfuerzo por alcanzar la perfección moral.
Egipto y el tradicionalismo realista:
Los egipcios creían que su rey (faraón) era un ser divino, hijo del dios Sol y sumo sacerdote del culto de todos y cada uno de los dioses. Efectuaba los ritos de los que creían dependían sus vidas y felicidad.
Defendía a las aldeas de los invasores y encabezaba el sistema administrativo que conservaba el orden.
Era un gobernante culto, capaz de leer y escribir y su obligación era velar por el abastecimiento nacional de aguas.
La creencia más arraigada entre los egipcios era la de una segunda vida, conectada con la buena conservación del cuerpo, de donde surgió la práctica de la momificación para los ricos o del enterramiento en la arena para los pobres.
La moral egipcia era utilitaria y los papiros reflejan una sabiduría práctica.
Las clases egipcias no eran castas cerradas y con ciertos límites, era posible estudiar con maestros privados y elevarse a la posición de escriba del grado más bajo (escribano o contador en oficinas públicas).
Formación o educación:
En las escuelas sacerdotales de Memfis, Heliópolis o Tebas, se formaban los escribas de más alto grado, con funciones administrativas y legales, así como los médicos y los ingenieros, los arquitectos y los mismos sacerdotes (profesionistas de grado superior).
La educación era de carácter práctico y profesional, ya que los conocimientos y la cultura se persiguen por sus aplicaciones y las ventajas para obtener profesiones superiores.
El pueblo era prácticamente iletrado; estudiar con éxito significaba convertirse en un escriba de bajo rango, lo cual era visto como algo más cómodo que ejercer la función de fundidor, barbero, picapedrero, jardinero o pescador.
Incluso, los conocimientos científicos tenían un carácter práctico. La geometría servía para medir la tierra y los linderos; la aritmética para hacer los cálculos del comercio y el fisco; la mecánica y la hidráulica para la ingeniería y la arquitectura; la astronomía para calcular las estaciones.
En apareciencia, el método educativo eran la memorización y los azotes. No había sistematización o ahondamiento teórico alguno.